martes, 1 de noviembre de 2011

LAS FORMAS DE LA PRUDENCIA


Una de las formas de la prudencia son los buenos modales: el prudente es cordial, no hace bromas ofensivas, no grita ni se ríe groseramente en una reunión.
Las personas prudentes son tranquilas, no actúan impulsivamente, y siempre tienen un momento para escuchar antes de opinar. No critican a los demás cuando no están presentes. Si tienen que señalarle un error a un amigo, buscan el modo de hacerlo sin provocarle un dolor innecesario. La verdad y la prudencia son amigas, pues las mentiras, a la corta o ala larga, provocan muchos problemas y enojos.
Si eres prudente, estudiarás antes de un examen. Y así, no lamentarás luego una mala nota.
El prudente prefiere decir: "Mami, te prometo que un día de estos ordenaré el armario". Porque la prudencia no es amiga de las promesas: lo mejor es hacer hoy mismo lo que seas capaz de hacer.
La prudencia implica valorar nuestra vida, en forma individual, pero también valorar la de los demás