domingo, 5 de julio de 2009

Las dos hermanas

De: “english fairy tales” de Flora Annie Steel.

Ilustraciones: Arthur Rackham


Era una vez, dos hermanas las cuales se parecían tanto, como dos chícharos en una vaina, pero una era buena y la otra tenía mal temperamento. Su padre no tenía trabajo así que las hijas pensaron en irse para servir.

-Yo iré primero y veré que puedo hacer -, dijo la hermana más joven como siempre alegremente, -después tú hermana, puedes seguirme si es que tengo buena suerte-.

Ella empacó sus pertenencias, dijo adiós y comenzó a buscar un lugar, pero nadie en el pueblo quería a una niña, así que ella viajó a un lugar lejano en el país. Y así viajando llegó a un horno donde varias hogazas de pan se horneaban. Al tiempo que ella pasaba, las hogazas gritaron a una sola voz:

-Pequeña niña! Pequeña niña! Sacanos!. Hemos sido horneados por siete años y nadie ha venido a sacarnos. Sacanos o pronto seremos quemados!”.

Entonces, la amable niña se detuvo, bajó su equipaje, sacó el pan y siguió su camino diciendo:
-estarán mejor ahora-
Después de un tiempo vió a una vaca descansando cerca de una cubeta vacía, la vaca le dijo:
-Pequeña niña, pequeña niña! Ordéñame por favor!. Siete años he estado esperando que alguien me ordeñe, pero nadie viene a hacerlo.

La pequeña niña se detuvo, bajo el equipaje, ordeñó a la vaca y siguió su camino diciendo:
-Ahora estaras mejor-

Se acercó a un árbol que tenía las ramas repletas de manzanas que parecía que se romperían. El árbol llamó a la niña:

-Pequeña niña! Pequeña niña! Por favor sacude mis ramas. La fruta es muy pesada y ya no puedo sostenerme!.

La niña se detuvo, bajó su equipaje, sacudió las ramas y las manzanas cayeron, el árbol se enderezó inmediatamente. Ella siguió su camino diciendo:

-Ahora estaras mejor-

Siguió viajando hasta que llegó a una casa donde una vieja mujer vivía. Esta mujer-bruja, quería una criada-sirvienta, prometió buena paga. La niña aceptó quedarse como sirvienta. Tenía que trapear el piso, mantener la casa limpia y ordenada, el fuego encendido. Pero había una cosa que la bruja le dijo que nunca hiciera. Asomarse a la chimenea!

-Árbol mío! Árbol mío!, has visto a mi traviesa sirvienta?



-Si lo has hecho -dijo la bruja, -algo caera sobre ti y no tendras un buen final-. La niña trapeo, sacudió, prendió el fuego, pero no vio ni un centavo de la paga que le había prometido. La niña quería irse a su casa y no quería ser sirvienta de la bruja. La bruja acostumbraba niños hervidos para cenar, enterraba sus huesos debajo de algunas piedras en el jardín. La niña no quería irse sin ninguna paga a casa, así que se quedó, trapeando, sacudiendo y haciendo su trabajo hasta estar satisfecha. Un día, ella estaba trapeando cuando derrepente vió caer hollin, y olvidando que no debía voltear a la chimenea, volteó para ver porque caia hollin y vio una gran bolsa llena de oro cayendo sobre su regazo.

La bruja había salido a hacer un mandado, así que la niña pensó que sería una buena oportunidad de regresar a casa.

Ella rápidamente tomo sus pertenencias y salió corriendo a casa, pero solo había recorrido un pequeño camino cuando escucho que la bruja venia en su escoba detrás de ella. El árbol de manzanas que ella había ayudado estaba cerca , la niña corrió hacia él y gritó:

-Árbol de manzanas! Árbol de manzanas! Escóndeme!

Para que la vieja bruja no pueda encontrarme,
si lo hace tomará mis huesos
y los esconderá bajo las piedras de su jardín

El árbol le dijo: -claro que si, tu me ayudaste a enderezarme y un bien merece que se devuelva-

Así que el árbol de manzanas la escondió en sus ramas verdes y cuando la bruja pasó volando dijo:

-Árbol mio! Árbol mio!

Has visto a mi pequeña sirvienta

con una gran bolsa,

ella robó mi dinero?”

El árbol respondió:

-no querida,

no en estos siete años

La bruja voló en otra dirección y la niña bajó, gracias le dijo al árbol y continuo. Cuando estaba cerca de la vaca y la cubeta, la niña escuchó a la bruja venir de nuevo, así que corrió a donde estaba la vaca y grito:

-vaca, vaca, porfavor escóndeme

para que la bruja no me encuentre,

si lo hace enterrara mis huesos

debajo de las piedras en su jardín-

-claro que lo haré!- no me ordeñaste y me hiciste sentir mejor?- escóndete detrás de mi y yo te mantendré a salvo”.

Cuando la bruja voló, llamó a la vaca:

-oh mi vaca! Oh mi vaca!,

haz visto a mi pequeña sirvienta con una gran gran bolsa?

Donde se robó mi dinero, todo el que tenia?-.

Ella solo díjo educadamente:

-no querida,

no en siete años-

La vieja bruja, se fue en dirección equivocada y la niña apresuró su camino a casa, pero justo cuando llegó al horno se detuvo, escuchó a la horrible bruja que venía detrás de ella, así que corrió y corrió rápidamente hacia donde estaba el horno y gritó:

-oh horno, horno! Escóndeme

para que la bruja no pueda encontrarme,

si lo hace tomará mis huesos

y los enterrará debajo de las piedras de su jardín-

Entonces el horno dijo, -me temo que no hay espacio para ti, otro grupo de panes se están horneando, pero ahí esta el panadero-

Ella le preguntó al panadero, y él dijo: -claro que lo haré, tu salvaste mi otro gupo de panes de que se quemaran, aquí estarás a salvo. Yo distraeré a la bruja.

La niña se escondió en la panadería justo a tiempo antes que la bruja comenzara a gritar enojada:

-Oh panadero mio! Oh panadero!

Has visto a mi pequeña sirvienta

con una gran bolsa donde robo todo el dinero que yo tenia?-

El panadero le dijo: -Mira en el horno- Se bajó de su escoba y se asomó al horno pero no pudo verla. -Mira en el extremo mas lejano -dijo el panadero. La bruja se arrastró cuando. Bang! , el cerró la puerta en su cara y la bruja se comenzó a asar. Salió en forma de pan, tostada y café, llego a su casa como pudo, y se puso crema fresca sobre ella!.

La niña llegó a casa a salvo con la bolsa de dinero.

La hermana mayor, se puso celosa por su buena suerte y determinó ir por una bolsa de dinero ella sola. Empacó sus pertenencias y salió a buscar donde servir en el mismo camino. Cuando llegó al horno, las hogazas le pidieron que las sacara porque se habían estado horneando por siete años y se quemarían, ella volteó su cara y dijo:

-Una hermosa historia, pero tendría que quemarme mis dedos para salvarlas, no gracias!-

Y cuandou paso junto a la vaca que estaba junto a la cubeta. La vaca le dijo:

-Pequeña niña! Ordéñame porfavor hace siete años que espero que alguien me ordeñe-

Ella solo se rió y contesto -puedes esperar otros siete años, no soy tu sirvienta-.

Cuando pasó junto al árbol lleno de frutas, y éste le pidió que sacudiera sus ramas, ella tomo una manzana y dijo:

-Es suficiente para mi puedes quedarte con el resto-, comiendo la manzana se fue y llegó a la casa de la bruja.

La bruja enojada por haber sido quemada en el horno, no confiaba en las pequeñas sirvientas, así que no la dejó sola, nunca dejo la casa y la niña tuvo que trapear, sacudir, acomodar, y nunca tuvo oportunidad de ver por la chimenea, trapeaba, ordenaba, sacudía hasta que quedaba exhausta.

Pero un día que la bruja salió a enterrar sus huesos ella vió por la chimenea y vió una bolsa llena de oro que cayo enfrente de ella.

Ella corrió y llegó hasta donde estaba el árbol de manzanas cuando escucho a la bruja detrás de ella, le pidió al árbol.

-Árbol árbol! Escóndeme

para que la bruja no me encuentre,

si me encuentra tomara mis huesos

y los entrerrara debajo de las piedras de su jardín.

Pero el árbol respondió:

-Aquí no hay lugar!

Tengo demasiadas manzanas.

La bruja corrió hasta el árbol y dijo:

-oh mi árbol mi árbol, has visto a mi pequeña sirvienta con una gran bolsa donde robó todo mi dinero?”

Y el árbol respondió:

Si querida, aquí esta abajo.

La bruja se la llevó, le quito el dinero y la dejo ir a su casa, sin ninguna paga por todo lo que había barrido, trapeado, sacudido, cepillado y limpiado.