miércoles, 15 de julio de 2009

Los tres tontos

De: “english fairy tales” por Annie Steel.
Ilustraciones por: Arthur Rackham

Hace algún tiempo, cuando las personas no eran tan listas como ahora en estos días, vivían un granjero con su esposa quienes tenían una hija. Ella era una bella muchacha que era cortejada por un joven escudero cada vez que él llegaba de alguno de sus viajes.

Ahora cada tarde el pasearía sobre el hall para verla y cenar en la casa del granjero y cada tarde la hija bajaría al sótano, para llevar la sidra para la cena.

Pero un día en que bajo por la sidra y abrió la llave como siempre, de repente volteó al techo, y ahí vio un mazo de madera atorado en una de las vigas.

Debió haber estado ahí desde hacia años y años ya que estaba cubierto por telarañas pero de alguna manera ella nunca había notado que estaba ahí y empezó a pensar que tan peligroso seria tener el mazo justo en ese lugar.

-Pero -ella pensó -suponiéndome que yo me case con el escudero y suponiendo que tengamos un hijo varón y suponiendo que vaya a crecer y convertirse en hombre y suponiendo que baje por la sidra como lo estoy haciendo yo y suponiendo que el mazo le cayera en la cabeza y lo matara, seria una verdadera tragedia.
Entonces bajo el candil que cargaba y se sentó sola en un barril y comenzó a llorar, y lloro y lloro y lloro.

Mientras arriba, empezaron a preocuparse porque se había tardado tanto en ir por la sidra así que después de un tiempo, la madre bajo al sótano para ver que había pasado y la encontró sentada en el barril, llorando muy fuerte y la sidra derramándose por el piso. Oh cielos! Grito la madre -Que es lo que pasa?

-Oh madre -dijo entre sollozos, -es ese horrible mazo suponiendo que me case con el escudero, y suponiendo que tengamos un hijo varón, y suponiendo que el crezca y baje por la sidra como lo hago yo y suponiendo que el mazo le caiga en la cabeza y lo mate, que gran tragedia seria!.

-Oh corazón -dijo la madre sentándose junto a ella y comenzando a llorar: -que tragedia seria.

Las dos se sentaron a llorar.

Después de que ninguna de las dos subía, el granjero empezaba a adivinar que podría haber pasado así que bajo al sótano y las encontró sentadas en el barril llorando muy fuerte y la sidra derramándose por el piso.

-Que es lo que pasa?-
-Solo ve este horrible mazo aquí arriba -sollozo la madre. -Suponiendo que nuestra hija se case con el escudero, y que tengan un hijo varón y que este crezca y baje por la sidra como ella lo hace ahora, y suponiendo que el mazo le caiga en la cabeza y lo mate, que tragedia tan grande seria.

-Una tragedia sin lugar a dudas. -Dijo el padre sentándose junto a su hija y su esposa y empezó a llorar también.

Mientras arriba, el joven escudero quería su cena, perdió la paciencia y bajo al sótano para ver por el mismo que era lo que los retrasaba. Y los vio sentados en el barril llorando y sus pies bañados por la sidra que se había derramado por el piso. Lo primero que hizo fue a cerrar la llave. Y después dijo:

-Que hacen ustedes sentados llorando como bebes mientras la sidra se derrama por el piso?

Y los tres a una misma voz dijeron: -mira ese horrible mazo, suponiendo que ustedes se casen y suponiendo que tengan un hijo y suponiendo que crezca y baje por la sidra como lo hemos hecho ahora, y suponiendo que el mazo le caiga en la cabeza y lo mate, que tragedia seria!.

El joven escudero empezó a reírse y reírse hasta que quedo tirado, hasta que quito el mazo de donde estaba y lo puso en un lugar seguro en el piso. Y movió la cabeza diciendo: -he viajado muy lejos y muy rápido, pero nunca he visto a un trío de tontos. No puedo casarme con una de las más grandes tontas en el mundo. Creo que continuare con mis viajes y si puedo encontrar a tres grandes tontos como ustedes, regresare y no me casare con ninguna otra.


Se despidió y continúo con sus viajes dejándolos llorando por la ruptura de su compromiso. El escudero viajo muy lejos y muy rápido pero nunca encontró a ninguno otro gran tonto hasta que un día llego a la casa de una vieja mujer en la cual crecía pasto desde el techo. La vieja mujer estaba tratando lo mejor que podía en animar a la vaca a subir por la escalera para que comiera el pasto pero la pobre vaca estaba asustada y no accedía a ir. La vieja mujer trataba de persuadirla pero la vaca no accedía. Nunca había visto algo así!, la vaca se tornaba más y más nerviosa y obstinada, y la vieja se tornaba más y más insistente.

El joven escudero dijo: -no seria mas fácil si usted subiera la escalera, cortara el pasto y lo bajara para que la vaca comiera?.

-Pero que clase de historia es esa? -dijo la vieja mujer. -Una vaca puede cortar el pasto por ella misma, la vaca tonta estará segura arriba porque atare una cuerda a su cuello y la bajare por la chimenea, atare el otro extremo a mi muñeca así cuando este haciendo mis quehaceres o lavando, no podrá caerse sin que me de yo cuenta. Vuelva a sus propios deberes joven.

Después de que la vieja animo, peleo, fastidio y subió a la vaca a la escalera, subió al techo, amarro a la vaca por el cuello con la cuerda, paso la cuerda por la chimenea, ato el otro extremo a su muñeca , siguió con sus deberes y lavando y el joven escudero siguió su camino.

Todavía no acababa de irse cuando escucho un horrendo estropicio. Cabalgo hacia atrás y encontró que la vaca había caído del techo estrangulándose con la cuerda en su cuello, el peso de la vaca había empujado a la mujer por la chimenea donde se había atorado a la mitad ahogándose con el hollín.

-Esta si es la mas tonta. Ahora buscare a los otros dos!

No había encontrado nada hasta que llego a una pequeña posada. La posada estaba llena y tuvo que compartir habitación con otro viajero. Su compañero de habitación, probó rápidamente ser un agradable compañero, después de convivir, cada uno cayo dormido en su cama.
A la mañana siguiente, mientras se estaban vistiendo, como lo hace un extraño, colgó sus pantalones en la perilla del armario.

-Que estas haciendo?, -preguntó el joven escudero.

-Me estoy poniendo mis pantalones -dijo el extraño. Alejándose hacia el otro extremo de la habitación, hizo una pequeña carrera y trato de saltar sobre sus pantalones. Pero nada sucedió. Trato de nuevo, y trato de nuevo, y de nuevo hasta que quedo fastidiado como aquella mujer tratando de subir a la vaca por la escalera hacia el techo. El escudero se rio porque nunca en su vida había visto nada mas cómico. El extraño se detuvo un momento limpiando su cara con la manga ya que estaba todo sudado. -Esta muy bien que te rías, pero los pantalones, es lo más complicado de ponerse, me toma mas de una hora cada mañana ponerme en ellos, como es que lo haces tu?.

El joven escudero le enseño, ya que pudo dejar de reírse, como ponerse los pantalones y el extraño nunca estuvo mas agradecido porque no tendría que hacerlo mas a su manera.

-Ahí esta!. -Se dijo a si mismo el joven escudero, -el segundo mas tonto, -pero viajo mucho y viajo lejos, y no había encontrado al tercero hasta que en una noche brillante, cuando la luna brillaba llego a una pequeña villa. Fuera de la villa había un estanque y alrededor del estanque había una gran multitud de villas y algunas tenían unos rastrillos y otras unas horquillas y otros unas escobas. Y todos estaban muy ocupados, gritando, paleando, rastrillando y barriendo el estanque.

-Que es lo que pasa? -dijo el joven escudero. Saltando de su caballo para ayudar. -Alguien cayo al estanque?. -Que no ves! La luna se caerá al estanque y no la podremos sacar de ninguna manera. -Siguieron barriendo, paleando y rastrillando. Entonces el joven escudero hecho a reír, diciendo que eran unos tontos, que vieran sobre su cabeza a la luna que estaba redonda y llena y estaba detenida. Pero ellos no lo escucharon y no creían que lo que ellos veían en el agua era solo el reflejo de la luna, ellos empezaron a insultarlo y a tratar de sumergirlo en el estanque, así que monto a su caballo lo más rápido que pudo y los dejo paleando, barriendo y rastrillando el estanque.

El joven escudero se dijo a si mismo. -Hay muchos tontos en el mundo, mas de los que yo creía, así que regresare y me casare con la hija del granjero, que no es tan tonta como el resto.

Se casaron y si no hubieran sido felices para siempre, no habría tenido caso el cuento de los tres tontos.

Traducido de www.bedtimestories.com por Juan Jose Mendez-Riestra