domingo, 11 de octubre de 2009

El Aguila y la Serpiente


Una serpiente se miró en la altura,
tras de tanto reptar en la maleza;
llevo al nidal de un águila su empresa
de subir y subir la cuesta dura.

Es fama que en su diálogo dijeron
cosas de los humanos conocidas;
pero no por ser ya tan sabidas
han perdido interés… y así expusieron…

-Pero serpiente audaz… ¿Qué estás haciendo?
¿Por qué traes a mi nido tu veneno?
-¡Ay, con lo que me he arrastrado por el cieno,
por entre los breñales… lo estás viendo!

A ratos, tú, ya casi me moría…
y luego me recibes tan huraño,
que sin menos ni más, me desengaño
y bajo lamentando mi porfía.

-Harás bien en bajar, porque en la altura
no pueden prosperar tus martingalas;
sólo es aquí, para quien tiene alas
y sabe estar en la región más pura.

El consejo final, todo lo alumbra;
dice que no se gana la excelencia
sin alas que levanten nuestra esencia;
el servil que se arrastra, si se encumbra,
baja, porque su audacia lo abochorna
y cual la sierpe a su cubil retorna.




YYY

Subir a base de arrastrarse, es una indignidad
Hagamos nuestras alas para escalar la cumbre.