sábado, 15 de agosto de 2009

Lluvia de Estrellas

Una pobre niña se quedó sin padre ni madre y era tan pobre que no tenía habitación ni cama en que dormir, no poseyendo otra cosa que la ropa que llevaba puesta y un trozo de pan que le había dado una persona compasiva.

Era una niña piadosa y buena. Viéndose abandonada de todos, se puso andar a la ventura, confiando en Diosa. Encontró un pobre que le dijo: -"Por favor, dame algo para comer, porque tengo hambre." La compasiva niña le dio el pan que tenía en la mano, y despidió al mendigo con las palabras: -"Dios te bendiga", y continúo su camino.

No, tardó en ver a un niño que se quejaba amargamente: -"Tengo mucho frío en la cabeza", decía; "quisiera algo para cubrirme". La niña se quitó la capucha y se la dió al niño. Poco después, halló una niña que no tenía blusa y sentía mucho frío; le dió la suya. Regaló luego la falda a otra niña que carecía de ella y se quedó en camisa. Finalmente, siendo ya de noche, oyó a una niña que pedía una camisa y pensó: -"Es muy obscuro y no puede verme nadie". Entregó la camisa, que era lo único que le quedaba, a la desconocida.

Hallándose, de este modo, absolutamente desprovista de todo, empezaron a caer las estrellas del cielo a su alrededor. Las recogió ¡y eran ducados! Al propio tiempo se encontró provista de una camisa de lino fino. Se quedó los ducados y fué rica durante toda su vida.