miércoles, 5 de agosto de 2009

Los Valores de los Pequeños. Historia del Gato Barbarroja

Hace mucho tiempo, en el País de los Gatos, vivía Barbarroja, un gato que comía zanahorias y por eso tenía los bigotes anaranjados. Barbarroja solía invitar a sus amigos con jugo de zanahorias, pastel de zanahorias, y hasta ¡fideos de zanahoria!



Todos probaban un poquito y después le decían: "Gracias, Barbarroja, pero prefiero comer pescado frito o ratón a la cacerola". Barbarroja se ponía furioso y gritaba: "¡Con lo bueno y amable que soy, y nadie acepta mis zanahorias! ¡Aquí no se valora la amistad!" Y así, se peleaba con los otros gatos. ¡Era el gato más malhumorado del País de los Gatos! El Brujo Fuá de Muá decidió darle una lección. Una noche, esculpió en la plaza una estatua de Barbarroja con gesto enojado. Por la mañana, los gatos comentaban:



-¡Pero si es Barbarroja cuando se enoja, miren!



Barbarroja se ofendió al ver la estatua, porque él pensaba que era un gato muy educado y muy, muy generoso. Entonces, lanzó una maullido montaraz y sucedió que la estatua comenzó a crecer y acrecer. Fuá de Muá, con aire muy tranquilo, le advirtió:



-Cuanto más te enojes, más crecerá la estatua.



El Barbarroja de verdad estaba muy furioso, que la estatua no dejaba de crecer, y ya estaban más alta que los árboles.



-Obligar a otros gatos a comer zanahorias no es generosidad -le dijo Fuá de Muá.



Finalmente, cuando la estatua ya andaba por las nubes, Barbarroja entendió:



-Es que, cuando me rechazan las zanahorias, me parece que no me quieren -confeso en un ataque de sinceridad.



-Te queremos. ¡Lo que no queremos es comer zanahorias! -contestó Fuá de Muá.



Y como a Barbarroja sed le estaba pasando el enojo, la estatua comenzó a desinflarse hasta que ¡Piff ...! no quedó nada. Y no quedó nada, porque Barbarroja ya no estaba enojado.



Y un día se casó con una gata que sólo comía apio, y los dos fueron felices, comiendo cada uno lo que más le gustaba.



Generosidad es, también, aceptar los gustos de los demás. Pues, sobre gustos ... no hay nada escrito.



A veces, sin querer, le imponemos nuestros gustos a los demás, pero cada uno tiene sus gustos ... ¡Y esto hace que todo sea más divertido!